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En la segunda mitad del siglo XVII, el pintor holandés Johannes Vermeer inmortalizó en una tela a una bella muchacha adornada con un turbante y un pendiente de perla. Sus labios parecen esbozar una sonrisa sensual, pero sus ojos irradian la tristeza más profunda.
Con exactamente 35 lienzos en su haber, el pintor holandés Johannes Vermeer representa uno de los grandes enigmas del arte del siglo XVII. Los escasos datos de su biografía se han extraído de un puñado de documentos legales. Sin embargo, las extraordinarias pinturas de Vermeer sobre la vida doméstica, con su sutil juego de luces y texturas, han llegado a definir la edad de oro holandesa. Su retrato de la anónima Chica del pendiente de perla ha ejercido una fascinación particular durante siglos, y es esta pintura magnética la que se encuentra en el corazón de la segunda novela del mismo título de Tracy Chevalier.
La joven de la perla se centra en la próspera casa de Vermeer en Delft durante la década de 1660. Cuando Griet, la tranquila y perspicaz heroína de la novela, es contratada como sirvienta, se produce un caos. Primero, la narradora de 16 años se vuelve cada vez más íntima con su maestro. Luego, Vermeer la emplea como su asistente y, finalmente, hace que Griet pose para él como modelo.
La joven de la perla es la historia de una fascinación, de cómo surge un sentimiento que se mueve entre la admiración y el amor. La luz en los ojos de Griet, la sirvienta convertida en musa, encierra el misterio más profundo en el proceso de creación de una obra de arte. Tracy Chevalier evoca la vida cotidiana en el siglo XVII holandés en esta hermosa novela sobre el despertar a la vida y al arte. disfruta esta apasionante historia haciendo click aqui
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